Linea Oeste

Sentido adiós al poeta de Buenos Aires

20/01/2015
Sentido adiós al poeta de Buenos Aires

Balada para mi muerte

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,

guardaré mansamente las cosas de vivir,

mi pequeña poesía de adioses y de balas,

mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,

mi penúltimo whisky quedará sin beber,

llegará, tangamente, mi muerte enamorada,

yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.

Hoy que Dios me deja de soñar, a mi olvido iré por Santa Fe,

sé que en nuestra esquina vos ya estás

toda de tristeza, hasta los pies. Abrazame fuerte que por dentro me oigo muertes, viejas muertes, agrediendo lo que amé.

Alma mía, vamos yendo, llega el día, no llorés.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,

que es la hora en que mueren los que saben morir.

Flotará en mi silencio la mufa perfumada

de aquel verso que nunca yo te supe decir.

Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,

como sombras fugadas de un cansado ballet,

repitiendo tu nombre por una calle blanca,

se me irán los recuerdos en puntitas de pie.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,

guardaré mansamente las cosas de vivir,

mi pequeña poesía de adioses y de balas,

mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,

mi penúltimo whisky quedará sin beber,

llegará, tangamente, mi muerte enamorada,

yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis,

cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!

En su genialidad el poeta Horacio Ferrer describió su propia muerte, que finalmente ocurrió el domingo 21 de diciembre pasado, a los 81 años de edad, referente indiscutible de la cultura y de la bohemia porteñas, autor de algunos de los más famosos e inolvidables tangos que Astor Piazzolla inmortalizó.

El fallecimiento se produjo tras permanecer varios días internado en el Sanatorio Güemes de esta Capital.

Su nombre completo era Horacio Arturo Ferrer Ezcurra, había nacido en Uruguay, el 2 de junio de 1933, su padre uruguayo y su madre argentina, decidió en 1983 nacionalizarse argentino, sobre este tema dijo :- “Yo no entiendo que haya dos países; a mí me tocó nacer en el justo medio del Río de la Plata".

El poeta, un cultor de la noche de Buenos Aires, escribió más de doscientas canciones y varios libros de poesía e historia del tango. De muy niño escribía ya versos, obras para títeres y, algo después, milongas que cantaba , acompañándose en guitarra, para sus amigos del barrio en el sótano de un almacén. Quien le enseñó a sacar tangos de oído en la guitarra fue un tío materno que vivía en Buenos Aires, en la margen occidental del Río de la Plata, adonde viajaba con sus padres frecuentemente. Fue ese mismo tío quien le haría conocer la noche porteña, con toda su galería de personajes bohemios.

Sus primeros tangos surgieron a comienzos de los '50, apareciendo en ellos la temática y el estilo por momentos surreal de sus obras posteriores.

Ferrer alcanzó fama especialmente por los tangos realizados con Astor Piazzolla, como "Balada para un loco",   incluida   entre   las   100 mejores  canciones  latinas  de  la historia, "Chiquilín de Bachín" y de la ópera "María de Buenos Aires", con  este artista comenzó a trabajar en 1967, ya que el músico, según relató  el  mismo  Ferrer  en  una entrevista   brindada   en   2006, buscaba a un poeta con quien crear obras poético-musicales, porque, a pesar de haber trabajado con Jorge Luis Borges, no estaba satisfecho. Al respecto Horacio Ferrer conto en   una   entrevista:-   “Piazzolla colaboró con varios, con Borges inclusive,  pero  no  era  lo  que  él quería, entonces me buscó a mí, y me   dijo:   'Quiero   que   trabajés conmigo porque mi música es igual a tus versos”.

Durante las presentaciones de la ópera-tango "María de Buenos Aires", compuesta por Ferrer junto a Piazzolla comenzó a componer canciones con una estética renovada. Entre ellas, en 1969, crearon "Chiquilín de Bachín", a partir de un valsecito infantil al que Ferrer le aportó una letra inspirada en los niños de la calle que vendían flores en los restaurantes de la Av. Corrientes.

En 1990 fue creada la Academia Nacional del Tango y desde entonces fue presidida por Ferrer. El poeta contribuyó, además, a crear otras 30 academias en diferentes países para difundir y estudiar el tango internacional- mente. Escribió "El Libro del Tango. Arte Popular de Buenos Aires" un ensayo de tres tomos, que fue editado en 1970 y su edición fue ampliada  en 1980.

Provenía de una familia culta, su padre era profesor de historia y su madre era sobrina bisnieta de Juan Manuel de Rosas, a cuya casa concurrían entre otros Amado Nervo, Rubén Darío y Federico García Lorca, influencias que lo marcaron para toda la vida.

Quiso ser arquitecto y cursó varios años en la Universidad de la República, pero su pasión tanguera lo condujo a abandonar ese sueño y, como redactor del diario El Día y luego de El País, se lanzó a conducir el programa radial "Selección de tangos", que derivaría en El Club de la Guardia Nueva, entidad que promovía actuaciones de  los músicos de vanguardia en locales de Montevideo y alrededores, donde comenzó su intensa amistad con Piazzolla. Ya en ligas mayores, condujo programas tangueros por la prestigiosa emisora del Sodre, fundó la revista Tangueando y a principios de 1960 condujo en la TV oficial uruguaya un programa que anticipaba lo que haría más adelante en Buenos Aires.

Publicó su primer libro de poemas, "Romancero canyengue" en 1967, al que presentó recitándolo en compañía del guitarrista oriental Agustín Carlevaro, influido por Paul Verlaine y otros franceses, herencia de las pautas maternas, pero se lanzó al ruedo editorial con referencias a Menecucho, un poeta popular montevideano que vendía sus versos en los Carnavales y decía: "Mis versos serán malos, pero son míos".

El éxito del libro en ambas orillas del Plata, recibió las buenas críticas de las mejores plumas del tango y motivó que Piazzolla musicalizara su poema "La última grela", que en principio iba a tener acordes de Aníbal Troilo. Ese fue el trampolín para que Ferrer cruzara a Buenos Aires convocado "de prepo" por Piazzolla y a fines de 1967 ya estaba viviendo en una casa de Lavalle al 1400, que había sido la vivienda histórica de los Ezcurra, la familia de su madre.

Fuentes: Agencia Télam y Todo Tango


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