Linea Oeste

Café Aragón el Templo Villalurense

23/11/2015
Café Aragón el Templo Villalurense

Aquellos que lo conocieron pueden decir que fue un lugar sagrado de Villa Luro en donde se le rendía culto a la amistad, su nombre Café Aragón, tres siglos y tres etapas en la historia del barrio, el mismo se ubicaba en la calle Donizetti 599 esquina Juan Bautista Alberdi, una zona conocida en la actualidad como las siete esquinas en la confluencia de tres barrios Villa Luro, Mataderos y Parque Avellaneda, un punto en donde las barriadas se entrecruzan, junto a los colores de dos clubes muy representativos de la zona como son Vélez y Chicago, en una tierra de valientes.

Fue en el siglo XIX cuando se instaló allí la pulpería “El Cañón” un paradero de carretas, tropas de ganado y mensajerías el cual albergaba en sus fondos un reñidero de gallos, en el viejo camino a Cañuelas, luego denominado Provincias Unidas en 1893 y finalmente Avenida Juan Bautista Alberdi en 1919, su dueño era el señor Domingo Pabellón, la pulpería se ubicaba al pie de un inmenso ombú desde el cual se podía contemplar la geografía de la zona compuesta por grandes pastizales y muy cerca de allí una laguna la de “Las Margaritas” (ubicada en el espacio delimitado por las actuales calles Guardia Nacional, Araujo, Zelada y la Avenida Emilio Castro) morada y refugio natural del duende velezano, un ser mitológico que acompañó desde siempre a los pobladores de Villa Luro, en aquellas tierras que habían pertenecido a doña Margarita de Romaguera

En el siglo XX es cuando don José Aragón compra ese despacho de bebidas e instala el Bar Aragón en 1935, sus mesas se convirtieron en auténticos testigos de las historias del barrio, un lugar de encuentro que contó entre sus concurrentes a un ciudadano ilustre de Buenos Aires, me refiero al cantor de los cien barrios porteños, Alberto Castillo, un reconocido hincha velezano y símbolo de Villa Luro. Al respecto fue un día 27 de Junio del 2013 cuando  la Legislatura de la  Ciudad Autónoma  de  Buenos Aires  sancionó         la  ley  Nº  4599 designando a la plazoleta ubicada en el barrio de Villa Luro, en el cruce de las avenidas Emilio Castro, Escalada y la calle Leopardi con el nombre de Alberto Castillo, a tan solo 100 metros del Aragón, un hecho que por su trascendencia generó en su momento mucha alegría en el vecindario. Al respecto el proyecto de ley en cuestión surgió por la iniciativa y el trabajo realizado por dos organizaciones barriales de base la Asamblea Barrial de Villa Luro y la Agrupación Confluencia Comunal de Liniers, las cuales habían decidido rendirle un homenaje al popular cantor a diez años de su fallecimiento, demostrando a la comunidad la forma en que se construye una identidad barrial, a partir de un ídolo del tango que marcó un camino en la vida y dejó su huella en el barrio.

Los acontecimientos que sucedieron en el Aragón fueron muy importantes recordemos por ejemplo alguno de ellos: Fue una madrugada del día domingo 6 de Junio de 1948 cuando el Diputado Nacional Elisardo Soneyra es asesinado en las puertas del café, un hecho que generó gran conmoción en el barrio. Los periódicos de la época nos hablan un poco de ello, en este caso el diario Crítica (aquel fundado por el periodista uruguayo Natalio Botana y que en su portada recordaba una frase que decía: “Dios me puso sobre vuestra ciudad como a un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto”) que en sus páginas reflejaron lo sucedido, del mismo surge que ese día Soneyra regresaba junto a su secretario Torres y unos amigos de una fiesta en donde había apadrinado a un niño, al pasar y observar una pelea en el café inmediatamente se dirigió allí para evitar la riña, fue en ese momento que el agente Jaime Suberts de la comisaría 42 en una acción de abuso de armas o de gatillo fácil como quieran llamarlo, extrae su arma reglamentaria 45 y le pega un tiro al corazón a Torres y otro en el cuello a Soneyra, ambos desarmados, los mismos fueron trasladados   inmediatamente al Hospital Salaberry en donde los médicos comprobaron que se encontraban fallecidos.

El Diputado Soneyra había nacido en 1906 y militó desde su juventud en las filas de la Unión Cívica Radical actuando siempre en la 1ra sección electoral, convirtiéndose en un referente en la ciudad, al producirse la Revolución de 1943 y comprender el trabajo que se estaba realizando desde la Secretaría de Trabajo y Previsión conducida por el entonces Coronel Perón, se incorpora a ese nuevo movimiento social que marcaría la vida política del país, siendo electo Diputado Nacional por el peronismo de la Capital en las elecciones de Marzo de 1948.

también sufragar los gastos que ocasione el sepelio con fondos de Secretaría; el citado Decreto fue firmado por el Presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Héctor José Cámpora.

La vida del café continuó pero en un determinado momento cerró sus puertas, el predio terminó siendo alquilado al Banco Francés e Italiano para la América del Sud, lugar donde se instaló la sucursal Villa Luro de esa entidad bancaria , luego de permanecer varios años en el lugar y al no renovarse el contrato, la misma se traslada a la esquina de Guardia Nacional y Juan Bautista Alberdi, en Mataderos, posteriormente cambia su nombre a Sudameris y hoy Patagonia. A posteriori el Café Aragón abrió nuevamente, los vecinos volvieron al mismo junto a sus mesas de billar, las partidas de dominó y los eternos debates sobre los temas cotidianos en un abanico de temas que podían comprender desde el fútbol, la política, las charlas “burreras” hasta analizar la vida de algún ilustre desconocido.

Fue por medio de la ley Nº 35 sancionada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en el año 1998 que se estableció lo siguiente: “Se considerada bar notable a aquellos bares, billares o confiterías relacionados con hechos o actividades culturales de significación; aquellos cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local, le otorgan un valor propio”, pues el Café Aragón fue uno de ellos, testigo del paso del tiempo y de la evolución del barrio, un paso obligado para el vecindario, incluso hasta sirvió de inspiración para la letra de un tango “Café Aragón” de Enrique Bugatti.

A comienzos del siglo XXI el Aragón dijo ¡adiós! ese espacio es ocupado en la actualidad por una farmacia, aquel fortín de la amistad o café de la esquina, el que contempló la existencia humana enseñando a meditar sobre la esencia de la vida, con su frente fileteado, hoy forma parte del recuerdo, tal vez la letra del tango Cafetín de Buenos Aires ( escrito por Enrique Santos Discépolo en 1948, aquel poeta que murió a los 50 años, dejando una obra que por su volumen e importancia parece proceder de una larga existencia) nos sirva como despedida o bien de sincero homenaje al Café Aragón, cuando desde sus versos expresaba: “¿Cómo olvidarte en esta queja, Cafetín de Buenos Aires?... Si sos lo único en la vida… que se pareció a mi vieja… En tu mezcla milagrosa… de sabihondos y suicidas… yo aprendí filosofía, dados, timba… y la poesía cruel… de no pensar más en mí….”.

Jorge Luis Santiso


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