Linea Oeste

La realidad detrás de las propuestas del nuevo Código Urbanístico

30/10/2018
La realidad detrás de las propuestas del nuevo Código Urbanístico

Ante la inminencia de la Audiencia Pública que se llevará a cabo el próximo 31 de octubre para debatir el nuevo Código Urbanístico, se hace necesario analizar cuál es la realidad subyacente tras las propuestas de dicho Código.

Recordemos que el debate del Código Urbanístico y del nuevo Código de Edificación tuvo sus iniciosen un contexto en el que la planificación urbanística de la Ciudad se encontraba desactualizada, ya que se tomó como punto de partida el Plan Urbano Ambiental de 2009, el que, a su vez, había sido elaborado a partir de un diagnóstico basado en la realidad de la década de 1990 y que debió haber sido actualizado quinquenalmente. Así, la primera de las actualizacionesdebía ser aprobada en 2014, lo que implica que se encuentra desactualizado en cuatro años. Al no haberse llevado a cabo dicha actualización, el Plan Urbano Ambiental no incluyó el diagnóstico correspondiente a las dos últimas décadas, que fue precisamente cuando más se construyó en la Ciudad y cuandoen mayor medida se profundizó la crisis habitacional-ambiental, la que vino acompañada del inevitable colapso de los servicios públicos. Cabe destacar que el Código Urbanístico es el principal instrumento jurídicopara operativizar la planificación que emana del Plan Urbano Ambiental, y si éste está desactualizado la operativización se hace en base a una planificación que ya resulta ajena a la realidad y las necesidades actuales de la Ciudad, surgiendo así un Código Urbanístico diseñado para una Buenos Aires de hace 20 años.

A esto se suma el hecho de que la Ciudad de Buenos Aires no posee un Modelo Territorial, ya que éste no fue oportunamente aprobado por la Legislatura. DichoModelo tiene por finalidadla materialización espacial de las políticas públicas de planificación y desarrollo urbanístico de la Ciudad. Por otrolado, los constituyentes de la Ciudad jamás imaginaron que el Código Urbanístico no sería tratado de manera conjunta con el Código Ambiental, e inclusivese llegó a plantear en los debates si la Ciudad Autónoma de Buenos Airesno debía tener un únicocódigo unificado de edificación y ambiental. Sin embargo, desde 1996 los gobiernos porteños incumplen el mandato constitucional de sancionar el correspondiente Código Ambiental de la Ciudad.

Asimismo, desde sus inicios, tanto el Código de Edificación como el Urbanístico han sido formulados conjuntamente con los emprendedores inmobiliarios, es decir, en función de la seguridad jurídica de estos y con la finalidad de garantizar la realización de futuros emprendimientos inmobiliarios. Esto se ve claramente reflejado en el blanqueo inmobiliario y en el incremento de la capacidad constructiva promovidosen el Código.

Ante esta realidad, cabe preguntarse de qué manera el Gobierno de la Ciudad justifica dicho incremento de la capacidad constructiva. De acuerdo a JonatanBaldiviezo (presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad)y Sandra Inés Sánchez(arquitecta e investigadora del CONICET), el Gobierno se basó en el criterio de “inducir un aumento estimativo de la población de la ciudad a seis (6) millones de residentes para incluir a los tres (3) millones que desde el área metropolitana concurren diariamente a trabajar a la ciudad, y así convertirlos en residentes permanentes. Si bien se parte del diagnóstico crítico que establece el Plan Urbano Ambiental en relación a la centralidad de la ciudad respecto de su área metropolitana, paradójicamente se decide estimular el aumento de la población transitoria durante el día en residente permanente”. En otras palabras, en lugar de llevar a cabo la planificacióndel desarrollo edilicio y demográfico de la ciudad conjuntamente con su área metropolitana de modo integrado, remediando así las desigualdades en relación a la concentración de oferta laboral y servicios, lo que se pretende es sustraerle población al Conurbano Bonaerense, sin una evaluación previa del impacto económico y productivo que esto conlleva.

Pero esto no es todo, ya que, según manifiestan tanto Baldiviezo como la arquitecta Sánchez, el Código Urbanístico que tuvo sanción en primera lectura, entre otras cuestiones:

·         Está pensado por y para los desarrolladores inmobiliarios.

·         Su regulación se concentra específicamente en la capacidad constructiva de las parcelas y su uso.

·         Tiene como finalidad principal aumentar la capacidad constructiva en forma genérica en toda la ciudad, sin ni siquiera haber estimado sus efectos en relación a las condiciones ambientales y la infraestructura de servicios públicos.

·         No otorga ninguna respuesta a las actuales deficiencias y necesidades poblacionales en términos de infraestructura de servicios públicos, de espacios verdes, de transporte y de equipamientos básicos de salud y educación.

·         Persigue la renovación inmobiliaria con un incremento de la capacidad constructiva de las parcelas, que a mediano plazo, impactará en aumento de la valuación impositiva en función de los intereses del mercado.

·         No garantiza la protección de las propias identidades de los barrios, sectores y manzanas que desde el Plan Urbano Ambiental expresamente se fomentaba.

·         Está orientado a promover un blanqueo de las ilegalidades e irregularidades inmobiliarias generadas a partir de los permisos de obra y habilitaciones que han sido otorgados no respetando el actual Código de Planeamiento, o a partir de la ausencia de control por parte del Estado.

·         No establece compromisos concretos que garanticen efectivamente el proceso de integración socio-urbana de las villas.

·         No contribuirá a la disminución del precio de las viviendas, ya que este Código deja absoluta libertad al tipo de viviendas a construir,las que en los últimos años han sido suntuosas en aproximadamente un 50% de los casos.

Redacción Línea Oeste


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