Versailles
La sirena a la una de la fábrica Teuball
mi viejo que volvía a las dos, del laburo los talleres
azules de horarios definidos
la saeta plateada del trole en la avenida
Adentro, en los recuerdos
supo haber dos parrales y un viejo limonero
que murió con mi viejo
y un tren, que de chiquito nomás era el trencito
y un niño que se fue
y me dejó este adulto.
En diciembre, el Sereno pasaba por lo suyo,
y Don José, el lechero de boina vasca y risa
y alguien que nunca supe quien fue
pero pasaba
a las tres de la tarde siempre por mi vereda.
Enfrente, en el campito dos eternos linyeras
la cancha de Francisco las cañas,
con destino de ser barrilete.
La escuela 25,
de guardapolvo blanco
y el viernes a las tres
fútbol y charla eterna
en esa plaza enorme que llamamos placita
Versailles es el barrio sin tangos ni malevos
donde vuelvo sin irme donde muero y renazco
donde están los fantasmas el tallo y las raíces
el puerto en donde un día partiré para siempre.
Daniel M Forte
02/06/15
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