Linea Oeste

Cementerio Israelita de Liniers

26/10/2016
Cementerio Israelita de Liniers

por  Susana Haydee Boragno

 

 

“¿Quién no jugó a los antepasados alguna vez, a las prehistorias de su carne y su sangre?

Yo lo hago muchas veces y muchas no me disgustó pensarme judío…Jorge L.Borges”

 

El primer cementerio judío Ashkenazi es el llamado de Liniers, nombre como se conocía la zona,  aunque está en la calle Reconquista 10, Ciudadela, Partido de Tres de Febrero, pcia de Buenos Aires. Fue comprado por la Asociación Jevra Kedusha Ashkenazi (JKA), fundada en febrero de 1894,  antecesora de la AMIA, quien se abocó desde sus comienzos a comprar un predio para las inhumaciones. En 1910, el presidente de (IKA), Nahum Enkin tomó la determinación de comprar el terreno, decisión que fue aprobada por la Asamblea de la Institución. Cuando se cumplieron los 100 años de la inauguración, el 20 de diciembre de 2010, se hizo un acto en el cementerio. Su bisnieto Mariano Enkin, recordaba que fue un tema muy conflictivo, los vecinos lo recibían con revolver en mano, porque no querían un cementerio judío en la zona. 

 

Haciendo un poco de historia.

 

Ciudadela perteneció hasta 1887 al partido de San José de Flores. Después de la Revolución de junio de 1880 se federaliza la Ciudad de Buenos Aires. En 1887 se incorporan los partidos de Flores y Belgrano para ampliar el territorio capitalino. Una pequeña parte de Flores  pasa a quedar para la provincia de Buenos Aires sumándose al Partido de San Martín. La ley N° 2089 de 1887,  en su artículo 6to. decide que se construirá un boulevard dentro del territorio cedido de 100 metros de ancho para separar  el territorio capitalino de la provincia de Buenos Aires. Intervienen en el trazado de los planos los ingenieros Pablo Blot y Luis Silveyra respectivamente. En 1904 se declara la expropiación de toda la superficie por donde pasará el trazado. Es la Avenida General Paz que se comienza a construir en 1937 y se inaugura el sábado 5 de julio de 1941. Conviene saber que el Partido de San Martín fue creado el 25 de febrero de 1864, cuando  se separa del Partido del Monte Grande, (zona norte). A su vez se desprende de San Martín, el Partido de Tres de Febrero por ley provincial Nº 6065 del 15 de octubre de 1959, donde se encuentra la localidad de Ciudadela. A esta amplia zona se la conocía por Villa Liniers, comprendiendo tanto a provincia como capital.

 

El 30 de septiembre de 1875, las Hermanas del Divino Salvador, en tierras donadas por Mercedes Córdova a la Casa de Ejercicios,  inauguran la capilla y la escuela en el mismo trazado por donde luego iba a pasar la avenida General Paz. Por ese motivo cuando se comienza a construirla, las monjas son expropiadas y deben edificar un  nuevo templo en la calle Cuzco 150,  porque las tierras ya eran de  utilidad pública

El primer ferrocarril argentino se inauguró el 29 de agosto de 1857, iba desde Estación Parque (hoy Plaza Lavalle) hasta Floresta. Es el Ferrocarril Oeste, actual Sarmiento. Al año siguiente, el 27 de septiembre ya llegaba Ramos Mejía. Las monjas le habían solicitado al ferrocarril un apeadero. El 18 de diciembre de 1872 se inauguró la Estación que el Directorio del Ferrocarril decidió llamarla Liniers. Funcionó como servicio de cargas y desde el 1° de noviembre de 1887 comenzó con el servicio de pasajeros para los vecinos que se instalaban en la zona de Villa Liniers como se la conocía. 

 

La fundación oficial de Ciudadela se produjo el 1° de diciembre de 1910, coincidiendo con la inauguración de la estación ferroviaria homónima con un servicio diario de 18 trenes a vapor. El ramal se electrificó el 30 de abril de 1923..

Gran parte de la superficie de Ciudadela había pertenecido a los jesuitas, que conformaban la Chacarita de los Colegiales.  Después de su expulsión en 1767, se fueron vendiendo las tierras. Los primeros propietarios fueron Bernardino Forte, Antonio Garavano, Juan Trevino. Del lado sur de las vías del ferrocarril Oeste, residía la familia de don Gustavo Weigel en tierras cedidas por Juan Manuel de Rosas en pago de honorarios por sus servicios al Estado como ingeniero de minas. Entre los años 1868 y 1872 llegaron las familias de Solari, Castro, Sambucetti y otros. En 1890 se instala La Colombiana, un importante establecimiento industrial: fábrica de almidones y chuño. Su dueño era  Ambrosio De Fazio. Bernardino Fiore compra el 13 de diciembre de 1891, 20 cuadras cuadradas comprendidas entre las calles Gaona, Reconquista Pellegrini y Cabildo. Con el tiempo llegan los Achaval, Podestá, etc. En 1902 se instalan los cuarteles, el Regimiento 1° de Artillería y el 8° de Caballería.  Ramón Santamarina lotea el 11 de noviembre de 1910 una extensa zona en 80 mensualidades. En 1913 anuncia la venta: “Saldo de lotes en el importante Barrio Villa Ciudadela F.C.O.”. La zona estaba conformada por algunas calles de tierra, quintas de verduras, hortalizas y hornos de ladrillos. Cuando se compran los terrenos para el cementerio en 1910, todavía son pocos los habitantes de Ciudadela.

 

Los primeros judíos en llegar.

 

En tiempo de la colonia española llegaron seguramente judíos conversos a estas tierras obligados por la Inquisición creadas por los Reyes Católicos. O se convertían o debían abandonar sus territorios. La Asamblea de 1813 abolió la Inquisición en las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los judíos entonces pudieron declarar su fe. No les fue fácil, les exigían grandes sumas de dinero para instalarse y recibir protección. Hay estudios que cuentan que algunos judíos participaron en los ejércitos patrios, tal es el caso de Ambrosio Cramer,  que luchó con las tropas de San Martín.

Después de la caída del gobierno de Juan Manuel de Rosas, en 1853, se aprueba la Constitución Nacional que consagra la libertad de cultos y los judíos pueden comenzar a vivir libremente en algunas provincias, no todas. El 11 de noviembre de 1860 se puede dar como punto de partida de la existencia legal de los judíos en el país, dado que ese día se consagró el primer matrimonio conforme a las leyes  nacionales y judías de Salomón Levy y Elizabeth Levy, ambos franceses. La autorización judicial fue obtenida en un fallo de segunda instancia por la gestión  del escribano Navarro Viola. En 1862 se funda la Congregación Israelita Argentina con la finalidad de promover la inmigración y dos años después disponen la creación de la sinagoga de la calle Libertad. Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se aprueba la Ley de Inmigración Nº 817 para atraer corrientes masivas de inmigrantes. A partir de 1880 comienza una inmigración silenciosa de judíos de origen sefaradí provenientes de Turquía, Siria y Marruecos. Julio A. Roca (1880-1886) dicta en su primer gobierno, un decreto por el cual se invita a los judíos rusos a establecerse en el país. En 1888 llegan los primeros colonos de Ucrania que serán los que fundan Moisesville en la provincia de Santa Fe. En 1894 ciento treinta asociados  fundan Chevrak Kedush Aschkenasi con el objeto de realizar  funerales e inhumaciones  según la ley mosaica comenzando la tramitación para disponer de un cementerio propio en la Ciudad.

 

Primer Cementerio de Disidentes

 

No es fácil afirmar cuando llegaron a estas tierras los primeros disidentes que no profesaban la religión católica como alemanes, judíos y principalmente británicos. Un tema fundamental era donde enterrar a sus muertos ya que estaban prohibidos en los camposantos ubicados contiguos a las iglesias. Rivadavia prohibió los camposantos al lado de las iglesias y en 1821 se inaugura el Cementerio del Norte conocido por todos como Recoleta. Fue una decisión copiada de Napoleón Bonaparte argumentando que era necesaria por higiene y urbanidad.

Se suele afirmar que los judíos, a falta de cementerios propios,  enterraban a sus muertos  en las barrancas del Río de la Plata de alguna propiedad privada, donde se abrían fosas, que muchas veces las crecidas arrasaban con ellas. Por su puesto que esto no era legal. 

El Primer Cementerio de Disidente,  estaba lindero a la Iglesia del Socorro, (Juncal y Suipacha), lugar donde el gobierno les permitió a los británicos, comprar un terreno para construir su cementerio. Se enterraron británicos y algunos alemanes. Se lo conoció como cementerio Juncal. Se inauguró en 1821. Cuando se colapsó, en 1833, después de los 667 entierros, ayudados por el gobierno inglés, compraron por 4500 pesos una  quinta de la familia de de la Serna. Así surgió el Segundo Cementerio de Disidente. Estaba en la manzana entre las actuales calles Pasco, Potosí (hoy Alsina), Pichincha y H. Irigoyen (antes Victoria). Se lo conoció como el Cementerio Victoria y funcionó entre los años 1833 y 1892. En este cementerio fueron enterrados los primeros judíos que vivieron en Buenos Aires entre 1870 y 1892. Los restos del Victoria fueron trasladados, (no todos),  en 1919 al nuevo Cementerio de Disidente de la Chacarita. Los disidentes, que eran dueños de las tierras, entregaron el predio de Victoria a fin de que fuera destinado a espacio público, origen de la Plaza 1° de Mayo. Hay referencias que muchos restos descansan aún debajo del predio. Tras varios años de gestiones, entre 1882/1892,  se les permitió sepultar en el Cementerio de la Chacarita, calles El Cano y Del Campo, en el sector de Disidentes. Después de la Primera Guerra Mundial, 1914, el cementerio se dividió en Cementerio Británico y Alemán. Se construyó un recinto contiguo para el lavado de los fallecidos, según exigía la Municipalidad para habilitarlo como cementerio judío. Sólo pudieron enterrar hasta el año 1900. Ese año se consigue arrendar en  la Sección 6ª. del Cementerio de Flores, en tierras virgen, sin consagrar por los católicos. Por cada tumba se pagaba una tasa mensual, haciéndose cargo del pago la asociación Kedusha del alquiler de los muertos pobres. Se entierraron unos 800 judíos entre 1900 hasta 1935.  Los entierros en Flores, fue una solución temporaria, no deseada por la colectividad. En 1935, fueron trasladados al Cementerio de Liniers. Los libros  registran 174 traslados que se encuentran ubicados en el fondo del cementerio. Mientras tanto la Institución Kedusha seguirá abocada a tener un cementerio propio.

 

1910- EL PRIMER  CEMENTERIO JUDÍO ASHKENAZI DE BUENOS AIRES EN LINIERS

 

La Chevra Kedusha (Piadosa Compañía) fundada en 1894  obtuvo personería jurídica el 14 de julio de 1900 a través de un decreto firmada por el presidente  Julio A. Roca y su ministro Osvaldo Magnasco. El principal objetivo de esta asociación era dar sepultura “según la ley y costumbres mosaicos, rito ashkenazi a los correligionarios contribuyentes que fallecieran en esta capital y sus alrededores, de acuerdo con los establecido en los Estatutos”.  Como cada vez era necesario más lugares, en septiembre de 1897 se les informó que no podían enterrar más en el sector de disidentes de judíos  en Chacarita y alquilan los terrenos en Flores.  Comenzó una dura tarea contar con un cementerio propio. Se trató de agrupar a todas las instituciones, sefaradí, ashkenazi, etc para tener la fuerza necesaria y los recursos para poder concretarlo. Los intentos fueron fallidos. Durante la presidencia en la Kedusha de Nahum  Enkin (1908-1912) se recomienzan nuevas gestiones y se logra obtener un crédito para comprar unos terrenos en Villa Liniers (Ciudadela). Tuvieron que luchar contra la negativa de los vecinos de aceptar la construcción del cementerio y también vencer las trabas burocráticas de las autoridades municipales. Los diarios La Nación y La Prensa se pronunciaron en contra  del cementerio e instaron al intendente de Buenos Aires para que presionara sobre la intendencia de San Martín, donde estaban los lotes, para no permitir  la existencia del cementerio judío. El historiador de Ciudadela, José Alfonso, cuenta que las tierras compradas pertenecieron primero a la familia Fossa, luego pasaron a los Salmurias. La superficie era de cuatro manzanas. Resultó una pugna de intereses con el vecindario para evitar la construcción de la necrópolis. Cuentan que los vecinos los recibían armados con revólver. El terreno costó 160.000 pesos con un pago al contado  de 53.000 el cual Naum Enkin debió prestar  16.000 a la institución. Los restantes 107.000 pesos se pagaron en 3 años con muchos inconvenientes, por los compromisos económicos que ello involucraba. En marzo de 1912, dos años después de la compra y cuando ya se habían enterrado más de cien fallecidos, el diario La Prensa continuaba presionando. En una asamblea general de  Kedusha, se planteó un debate acerca si se debía realizarse ventas de bóvedas, lo que le produciría buenos recursos o armar fosas comunes para sepultar a los judíos pobres. Las diferencias duraron más de un año. Sucedió que como estaba cerca el Arroyo Maldonado, en las  inundaciones 1912/14, se dijo que habían flotado cadáveres a la vista de los socios. Esto presionó a realizar una nueva asamblea que resolvió que las fosas comunes fueron abolidas y por un largo período no se permitió la venta de bóvedas a las familias pudientes.

Hacia 1920, el cementerio resultaba chico y se pensó en ampliarlo. Como no se había podido habilitar el Cementerio en el Barrio de La Paternal, en 1928 se compró un terreno lindero del cementerio. En 1935 se autoriza la ampliación a condición  que la Jevra Kedushá le done a la Municipalidad,  una faja de terreno lindero a las vías del ferrocarril Oeste, para abrir la calle Segunda Rivadavia, hecho que obligó a reacomodar una cantidad de tumbas. El sector “Parte Nueva”, quedó inaugurado en 1940

 

El cementerio que no fue

 

La colectividad judía era cada día más numerosa en la ciudad de Buenos Aires. Cumplía sus ceremonias religiosas con los fallecidos en las sinagogas que tenían en la Capital, pero las inhumaciones se debían hacer en la provincia de Buenos Aires. El Cementerio de Liniers resultaba chico, se pensó en comprar otras tierras en la Capital para continuar con las inhumaciones. La historia cuenta que en el año 1921 la Asociación Chevran Keduscha Aschkenasi en representación  de la colectividad judía  residente en Buenos Aires, solicitó permiso para construir un cementerio en el terreno que ocupaban las calles, Punta Arenas, Del Colegio (hoy 14 de julio), Morlote, Estomba y las vías del Ferrocarril Gral Urquiza y otras. El permiso no  fue aceptado, pero la Asociación apeló al Concejo Deliberante  y el 30 de diciembre de 1921, aprobó una resolución:  Art°1 Autorizase a la Asociación “… para construir un cementerio en el terreno que se detalla…”. La entrada se fijó en  la calle Punta Arenas 1350 y con el permiso municipal se comienzan las obras. Se construyó el peristilo de entrada y el cerco perimetral.  Posteriormente el intendente municipal, trata de anular  la autorización argumentando que el edificio complicaría la circulación de algunas calles que quedarían cerradas. La Asociación por su parte,  cede a la Municipalidad la superficie para la apertura de las calles. Por entonces, la Sociedad de Beneficencia  de la Capital, apunta que va a construir un hogar de huérfanos en las inmediaciones y solicita la derogación del permiso para construir el cementerio. Las obras del cementerio se terminan y se pide la habilitación del mismo el 29 de diciembre de 1925. El Concejo Deliberante dicta dos resoluciones el 23 de abril y el 11 de mayo de 1926 que deroga el permiso a la Asociación  a utilizar el cementerio para sus inhumaciones. Esta disposición se aplica con retroactivo a la habilitación aprobada. La Asociación inicia un juicio para cobra la indemnización por la superficie dada a la Municipalidad para abrir las calles, el importe de las construcciones efectuadas en el cementerio y los intereses devengados. Pasado un tiempo, se le pagará un importe menor al arreglado. A su vez el amplio terreno lo compra la Municipalidad que en un primer momento aduce que lo utilizará para enterratorio, dado su cercanía con el de Chacarita argumentando que quedaba poco espacio para las inhumaciones. Nunca fue habilitado para tal fin. Algunos vecinos  cuentan que se llegaron a efectuar una o dos inhumaciones, pero parece que no fue tan así La compra del terreno, estuvo sospechada por un tema de corrupción. La causa fue sobreseída por prescripción de la misma. Transcurrieron varios años, mientras el terreno se usó como potrero, terminal del ómnibus de la Municipalidad, parte fue entregado para depósitos  de rezagos de la Aeronáutica. Actualmente, en un sector funciona una Escuela de Policía. En el año 1965, se le cede un área a la Asociación Atlética Argentino Juniors-Complejo Deportivo Las Malvinas, calle Punta Arenas 1271, donde el Club construyó su cancha.

Por la ordenanza del año 1925, había quedado prohibida en la Ciudad de Buenos Aires la construcción de enterratorios o cementerios particulares. Los dos únicos cementerios privados activos son el Alemán y el Británico, ambos  en la Chacarita.

Este cementerio “que no fue” del Barrio de La Paternal, debido al fracaso de estas gestiones, llevó a comprar tierras anexas en el Cementerio de Liniers para su ampliación.

 

Por su parte Ezra Teubal dejó escrito un tema relacionado con situaciones de estos cementerios:

“El cementerio de Liniers cobraba una suma importante para enterrar los muertos. … no pudiendo tolerar más esa situación, me impuse el compromiso de conseguir una tierra para tal fin. …tomé al señor Carmona pagándole un sueldo para que se ocupara de dicha compra. Al poco tiempo, consiguió un buen predio, pero el dueño al enterarse que era destinado para cementerio judío, no quiso  venderla. No me molestó mucho y le insistí al Señor Carmona que continuara con la búsqueda, encontró un lote muy grande en Ciudadela, que luego compramos.” Cuenta que al poco tiempo la comisión de cementerio de Liniers le pidió permiso para dar sepultura de sus muertos alegando que tenían poco lugar. “ Quería que le vendiéramos una parte de esas tierras”. Ezra cuenta que primero le contestó que no, pero luego accedió sin cobrarles nada “…para darles una buena lección, por lo que habían hecho con los nuestros (sefaradies). Con el tiempo ante la insistencia le vendimos parte de la tierra”. El predio que compra Ezra Teubal era para las inhumaciones de los Alepinos (Siria), que vivían en la zona y de donde eran oriundo  los Teubal. En  el sector que adquiere  la Kedusha les permitió inaugurar el segundo cementerio en Ciudadela. Ambas necrópolis está en la Avenida Alvear 3400.

 

Algunas personalidades que se encuentran en el Cementerio de Liniers

 

 Manuel Gleizer, fue conocido como“el editor pobre”,  “el librero de la patria”, “el feliz hombre de los libros”. Fue el editor que por los años 20, 30 quien puso su sello editorial al servicio de jóvenes como Jorge Luis Borges, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Eduado Mallea, Raul González Tuñon, Alfredo Palacios, Florencio Escardó, Alvaro Yunque, entre otros. Había nacido en 1899, llegó a la Argentina a los 6 años, pasó su infancia en la colonia judía de Entre Ríos. Instaló su librería en el Barrio de Villa Crespo. Cesar Tiempo dijo que sin Gleizer, el proceso de nuevos literatos  se habría demorado entre nosotros en más de 30 años. Sus catálogos fueron los primeros consultados por universidades europeas y norteamericanas.

Alberto Gerchunoff, el autor del libro Los Gauchos Judíos. Columnista de La Nación durante más de cuatro décadas. Echó las bases de la literatura judía en la Argentina.

Cesar Tiempo, poeta argentino, periodista y escritor que incluye narrativa, ensayos, obras de teatro, guiones cinematográficos. Director del Teatro Nacional Cervantes y miembro de la Academia Porteña del Lunfardo. Amigo de Roberto Arlt.

Paloma Efron, “Blackie”. Protagonista de alto periodismo en radio y televisión con humor, buena música etc.. Actuó en cine, llegó a ser directora de Canal 7. Una plazoleta  de 9 de Julio y Lavalle lleva su nombre. Falleció el 3 de septiembre de 1977.

Luis Rubinstein, (1899/1945), autor de famosos tangos como Inspiración, Charlemos, etc

Max Glücksman, pionero de la industria cinematográfica y discográfica argentina. Produjo los film: El fusilamiento de Dorrego, La Bandera Argentina. Participó en las primeras grabaciones de Gardel

Jaime Yankelevich, pionero de la radiofonía y la televisión argentina- En el año 1923 compró  una gran partida de teléfonos a galeno para que puedan escuchar la pelea Dempsey-Firpo. Con lo obtenido pudo comprar su primera radio.

Adolfo Stray, actor cómico de la renombrada revista porteña. Actuó con Nélida Roca,  Tato Bores,  Pepe Arias, etc. Falleció el 28 de septiembre  de 1980.

Berta Singerman . Sus recitales convocaban multitudes en los amplios teatros e incluso en estadios de las principales ciudades del mundo. Cesar Tiempo  la tituló doctora de las nubes” en el libro que dedicó a su vida. En 1988, fue declarada Ciudadana Ilustre por el Concejo Deliberante. Falleció el 10 de diciembre de 1998.

 

Con este trabajo cumplo con el pedido de Nora Mestre y también con el mío personal. Vivo muy cerca, en Versalles y siempre me interesó saber sobre esta parte de la historia de una institución tan próxima a Liniers. Hace 10 años tuve la suerte de recorrerlo como parte de un congreso de cementerios organizado por el Gobierno de la Ciudad. Al Cementerio de Liniers se lo considera “la Recoleta” de los judíos. Sus entierros son muy costosos y no deben quedar muchos lugares libres.

 

Bibliografía:

CÁNEPA, Luis. “El Buenos Aires de Antaño

FEIERSTEIN, Ricardo. “Historia de los Judíos Argentinos”  y “Vida cotidiana de los judíos argentinos”.

HANON, Maxine y ALFONSIN, Jorge. “El primer Cementerio Protestante de la Calle del Socorro”.

TOKER, Eliahu, WENSTEIN, Ana. “Sitios de la Memoria

Revista Toldot , números 10, 11,12

Archivo BORAGNO Susana. Ciudadela y Cementerios.

 

susanaboragno@fibertel.com.ar


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